Sitio Coviella

Archivo del blog

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Vivimos en una sociedad crispada?

La sociedad está crispada 



Hace unas semanas, en Francia, es ataca en el metro a una pareja española porque él tenía una apariencia extranjera.
En una ciudad de Inglaterra atacan a un matrimonio español porque estaba hablando en español.

En donde la Universidad Autónoma de Madrid, insultan violentamente y no dejan intervenir al expresidente Felipe González
En Mestalla (Valencia) agreden a unos jugadores después de lanzar un penalti justa mente pitado. 
Algunos políticos esgrimen sus argumentos de forma violenta y dando gritos más que hablando.

No se puede desear y dar la paz sin humildad. Donde hay soberbia, siempre hay guerra,. Sin humildad no hay paz y sin paz no hay unidad.

Hemos olvidado la capacidad de hablar con ternura, nuestro hablar es gritarnos. O hablar mal de los otros... no con dulzura. La dulzura, es la capacidad de soportarse los unos a los otros.  Es necesario tener paciencia, soportar los defectos de los otros, las cosas que no gustan, etc.

Vivimos en un entorno, donde prima la rapidez. Todo rápido. Caminamos rápido, hablamos rápido, comemos rápido, conducimos rápido, conferencias rápidas, queremos un libro que nos cambie la vida, en unos minutos.
Los estímulos que recibes son que si no adelantas a los demás, retrocedes. Te pasas la vida adelantando. Y de una manera acelerada.
Se ha llegado a la conclusión de que la sociedad en la que nos ha tocado vivir está enferma de 

“rapidación”. ALGUNOS sociólogos han apodado como "rapidación" el nuevo fenómeno que socialmente nos enreda a casi todos en nuestra sociedad del bienestar, y que consiste en dar a nuestros quehaceres cotidianos un ritmo desorbitado. Todo hay que hacerlo rápidamente, porque hemos hecho realidad eso de que "el tiempo es oro", es decir, que el tiempo es solo para ganar y así poder consumir. Nos dejamos llevar por ese engaño. Y la verdad natural (biológica) innata en la naturaleza es que no debe ser así, a no ser que pretendamos destruir la convivencia, las familias, el medio ambiente y por lo tanto la vida misma. Porque todo en la vida tiene un ciclo natural de donde se derivan los momentos para cada persona y para cada circunstancia. Son los tiempos, que algunos llaman “de Dios”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario